miércoles, 7 de septiembre de 2011

L'URBANISME DELS PROPERS VINT ANYS. La importància de Borriol dins del context de La Plana de L'Arc

Els propers dies 21, 22 i 23 d'Octubre de 2011 es celebren a Borriol les XVI Jornades Culturals a La Plana de l'Arc. Entre els actes de les jornades, participarem presentant la comunicació titulada "L'URBANISME DELS PROPERS VINT ANYS. La importància de Borriol dins del context de La Plana de L'Arc", que tracta d'apropar al públic general l'urbanisme que ens espera durant els propers anys. En les següents linies podem trobar el resum de la comunicació.
Passada una dècada de frenètic desenvolupament socioeconòmic i urbanístic, els nostres territoris tenen ara l’oportunitat de agafar oxigen i planificar-se per a que properes intervencions antròpiques intenten ser més respectuoses amb el medi físic sobre el qual s’assenten.

La localitat de Borriol, mecanisme de ròtula entre els paisatges de verds horts de la Plana de Castelló i el secà de la Plana de l’Arc, ha sofert en els últims anys una explosió demogràfica mai abans vista i les expectatives pareixen apuntar a que aquest municipi continuarà augmentant la seua importància amb l’entrada en funcionament de l’aeroport de Castelló i la dinamització dels espais rurals i industrials de l’interior, gràcies a l’eix infrastructural que suposa l’autovia CV-10.

La seua proximitat amb la capital de província, permet a Borriol beneficiar-se dels avantatges que suposa formar part de l’Àrea Metropolitana de Castelló, però cal tenir especial compte en no perdre l’essència de poble d’interior, amb identitat pròpia, ple d’història i tradicions. Aquesta comunicació tractarà d’aclarir quins poden ser els camins a seguir perquè, tant Borriol, com la resta de la Plana de l’Arc, prenguen una fulla de ruta comú perquè el seu desenvolupament durant els propers vint anys no hipoteque la salut d’un territori amb destacables recursos ambientals, culturals i patrimonials.
Vista aèria de la localitat de Borriol


NOTA: més informació sobre les XVI Jornades Culturals a la Plana de l'Arc a: http://jornadesculturalsborriol.blogspot.com/

lunes, 22 de agosto de 2011

LANZAROTE

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LANZAROTE, un álbum en Flickr.

Fotografias realizadas durante una escapada a la isla canaria de Lanzarote en el pasado mes de Julio de 2011. Colores vivos y contrastados para una tierra de contrastes como pocas. Las aguas turquesa del Atlántico se funden con la tierra negra, y el azul del cielo con el blanco de su arquitectura y el verde de la vid de la que viven tantas gentes del interior de la isla. De paisaje volcánico, Timanfaya parece haber sobrevivido a un apocalipsis del que la lava fué protagonista en otros timpos. Una isla diferente y todo un regalo para los sentidos.

domingo, 10 de julio de 2011

El Parque Central de Valencia. Una mirada desde el parametricismo.

El Parque Central de Valencia se convierte ahora en el foco de todas las miradas tras la adjudicación del concurso para su diseño a la paisajista Katheryn Gustafson, con lo que se pretende integrar este gran vacío urbano en pleno centro de la ciudad que ahora ocupan las vías del tren de la Estación del Norte.


Como una nueva concepción de espacio urbano, se realiza este ejercicio de arquitectura parametricista sobre el solar que pretende aportar diferentes situaciones urbanas que integren este vacío y su entorno a partir del trabajos con software paramétrico. Este tipo de programas informáticos permiten introducir variables y obtener resultados cambiantes en función de estas. En este caso, se ha creado un campo magnético a partir de las cargas eléctricas virtuales dispuestas en los puntos de especial interés del solar y su entormo, de forma que se crean, tal y como vemos en la siguiente imagen, diferentes densidades, direcciones y nodos dentro del campo generado.


Obtenidas las geometrías que marcarán el diseño de este parque, pasamos a dar forma a esa "nueva ciudad", a materializar plazas, espacios verdes, edificios, caminos, comunicaciones, etc. Para acabar obteniedo una particular concepción de parque enclavado en pleno corazón de Valencia.


De esta peculiar geometría puede destacarse la linealidad del conjunto edificado, ya que el programa se concentra en el eje norte-sur del parque, mientras que el resto del solar es ocupado por comunicaciones, zonas verdes y otros espacios publicos que permiten esa transición con la ciudad.


En esta imagen vemos el acceso al centro de convenciones que se localiza en el centro del parque y está conectado con los núcleos de comunicaciones (metro, bus, tren, alta velocidad...) y con el programa destinado a uso terciario, comercial y de negocios.


Arriba vemos el acceso a la gran estación de comunicaciones que aglutinará todas las conexiones: Ave, ferrocarril, metro, bus, taxi...

En la parte inferior, el anfiteatro al aire libre que se convierte en un macroescenario para conciertos de gran afluencia.


A continuación encontramos la imagen del edificio de negocios, que se encuentra en el eje que comentabamos, junto al centro de convenciones y otros edificios hoteleros, de oficinas, comerciales, etc.


A continuación, una panorámica general del conjunto, con diferentes espacios públicos en primer término, como el anfiteatro o el centro comercial.


Vemos ahora una sección longitudinal del parque, donde aparecen los diferentes edificios y zonas públicas del conjunto.


Otra sección del conjunto, donde se ven los volumenes seccionados.


Para acabar, una sección detallada de la gran estación de comunicaciones que pretende servir de centro intermodular de intercambio de pasajeros entre las diferentes plataformas de transporte público.

martes, 3 de mayo de 2011

Naturaleza artificial. El Parque de la Relajación de Torrevieja

Me complace pensar que todavía hay gente que se sirve de la arquitectura para revitalizar espacios. La ciudad necesita la continua regeneración de sus calles, parques y edificios para que la calidad de vida de sus habitantes no sólo se sostenga sino que también aumente. Ejemplos de intervención urbana a gran escala, por poner un ejemplo de ciudad mediterránea, son los ejecutados en la Barcelona del 92 o la del Fórum 2004 (imagen 1), donde barrios enteros reorganizaron su planeamiento para generar espacios urbanos, tanto públicos como privados. Inteligentemente se han asociado estas intervenciones a eventos puntuales de carácter internacional, que no hacen sino proyectar todavía más esa imagen renovada de la ciudad frente al mundo.

Imagen 1. El Forum de las Culturas de Barcelona, celebrado en 2004, fue la excusa perfecta para generar ciudad. La ubicación estratégica del evento proporcionó a la ciudad de Barcelona la posibilidad de rehabilitar una parte de la ciudad un tanto olvidada. La prolongación de la Avenida Diagonal desde la Plaça de les Glòries aprovecho el Forum 2004 para enlazarse con el litoral de la ciudad condal culminando así el sueño utópico del ensanche de Cerdà. El desarrollo urbano de la zona del Forum en el extremo de esta característica avenida, eliminó toda la trama industrial de la zona, ahora en evidente desuso, y generó nuevos parques, áreas residenciales, zonas comerciales, y terciarias, que revitalizaron un degradado barrio de la ciudad. En la imagen, el Edificio del Forum (de los arquitectos suizos Herzog & deMeuron), el espacio público creado a su alrededor y el nuevo puerto deportivo a orillas del rio Besós.

Queda claro pues, que la arquitectura (el urbanismo cuando aumentamos la escala) es una herramienta vital a la hora de vender ciudad. El binomio evento-arquitectura está cada día más presente en nuestras vidas, llegando a concebir el espacio arquitectónico como el sitio donde tiene lugar el encuentro, el continente en el que algo va a suceder. La escenografía donde los actores interpreten el teatro que constituye el evento que allí les reúne.

La localidad alicantina de Torrevieja, de poco más de cien mil habitantes, cuenta con un entorno natural que lo distingue del resto de la costa alicantina. Las Lagunas de La Mata, atraen ahora a un sector minoritario del turismo, interesado por los beneficios para la salud que reporta el tratamiento con los lodos de sus orillas, bañadas con agua de elevada concentración salina. En cambio, es intención de la localidad ofrecer a modo de reclamo turístico sus beneficios, y para ello, como ya hemos introducido, requiere de una arquitectura que coloque Torrevieja en el mapa del turismo de salud, y que la destaque del resto de la oferta turística de la costa Blanca.

Con la clara finalidad de polo atractor de visitas, y por lo tanto de riqueza, surge la idea de introducir una pieza de arquitectura singular, que escape a lo corriente, a orillas de las lagunas para dar cabida a las actividades que ahora se desarrollan en la propia laguna: baños de lodos, contemplación del paisaje, espacio de relajación… Como respuesta a estas pretensiones, el arquitecto japonés Toyo Ito propone la inserción en el paisaje natural de tres volúmenes orgánicos con forma de caracola que dialoguen con este en una transición continua entre medio natural y arquitectura, que a la vez deben cumplir con la triple condición de no agredir al entorno natural, dar cabida al programa requerido y resultar atractiva para el público en general que pueda convertirse en visitante potencial.

El carácter poético de una forma que recuerda tanto a la naturaleza nos traslada a orillas del mar Mediterráneo, que baña nuestras costas y nutre a estas Lagunas del líquido elemento. Surge la imagen de caracolas varadas sobre la arena del mar al aproximarse por primera vez al proyecto, y es que la idea LeCorbusierana del “objet trouvé” está presente desde el primer momento que divisamos estas formas tan directamente relacionadas con la naturaleza.

Imagen 2. Vista de las caracolas proyectadas por Toyo Ito para Torrevieja, que aparecen como conchas varadas sobre la arena del mar.

Tenemos en la iglesia de Ronchamp (imagen 3), en Francia, el más directo referente a las caracolas de Torrevieja, pues el propio Charles-Édouard Jeanneret menciona la caracola encontrada en Long Island como elemento inspirador para la creación de esta obra tan icónica del arquitecto francés. Este hallazgo le ha servido para fabricar la cubierta del templo que se eleva apoyada sobre cuatro gruesos muros.

Imagen 3. La cubierta de la capilla de Ronchamp de Le Corbusier está inspirada, según el propio arquitecto, en una concha encontrada en una playa de Long Island. La reinterpretación de un objeto cautivador encontrado (el “objet trouvé”), unido a las teorías naturalistas y el propio sentimiento de recogimiento que supone un edificio de este tipo para el arquitecto hacen levantar una pieza de este calado, todo un referente para la historia de la arquitectura moderna.
Le Corbusier refleja en la Capilla de Notre Dame du Haut la estereotomía del terreno que abre sus entrañas a los fieles para que se adentren en la naturaleza que, a pesar de ser espacio construido, tiene su vertiente más naturalista y orgánica, y eso lo apreciamos en la planta del templo, donde gruesos muros de enorme peso visual se retuercen orgánicamente como si de una continuación del paisaje se tratara. En este caso, cosa que no podemos decir de la mayoría de sus proyectos, el arquitecto francés ha sabido beber del entorno natural para fusionarlo con la pieza arquitectónica. La Capilla de Ronchamp aparece como una emulsión rocosa que brota sobre la verde colina sobre la que se alza, un buen ejemplo de continuidad entre paisaje natural y artificial.

En cambio, a pesar de encontrar similitudes e intentar relacionar ambas obras (Ronchamp con Torrevieja), nos surge la duda del lenguaje empleado por Toyo Ito a la hora de elaborar su proyecto.

La geometría empleada para materializar los espacios, dejando de lado la teoría expuesta sobre el objeto encontrado, refleja claramente el lenguaje que emplea y domina este arquitecto, y que plasma perfectamente en su vertiente teórica más orgánica como bien enuncia en “Arquitectura de límites difusos” donde habla del límite blando como una delgada línea que permite a la arquitectura reaccionar ante el entorno. Se trata de una arquitectura que recoge el testigo del movimiento moderno más mecanicista y lo abstrae para generar una nueva arquitectura de líneas que responden al entorno donde se asienta el proyecto, y no sólo se adaptan a este, sino que crean un entorno nuevo, más rico, al introducir la pieza arquitectónica en cuestión.
 
Imagen 4. A pesar de tratarse de una obra no concluida, ya se puede apreciar el sistema constructivo utilizado en uno de los cuerpos de las caracolas. En concreto, se trata de un nervio de acero que se retuerce formando la espiral generadora. Sobre esta espiral se monta una estructura de madera que servirá de cerramiento y aislamiento, además de soporte para la impermeabilización antes de colocar el revestimiento que vemos en la imagen, formado por placas de cobre que se adaptan a la compleja forma del proyecto.


En este mismo ensayo, el arquitecto japonés expone perfectamente cuál es la intención de esta “arquitectura sin límites”, al poner el entrono artificial como base y marcarse el objetivo de responder a la naturaleza y a sus elementos (luz, agua, viento…). Esta respuesta al entorno que plantea significa establecer un límite flexible entre el cuerpo construido y la naturaleza circundante, no regirse por alineaciones ni retículas, sino tomar como lenguaje compositivo el propio lenguaje que habla la naturaleza. Las caracolas propuestas para el Parque de la Relación de Torrevieja, hacen suyos estos postulados y crean una arquitectura que queda embebida en el entorno, una arquitectura que se convierte en paisaje de manera gradual, tal y como lo hacen las raíces de un árbol al introducirse en el terreno creando un sistema homogéneo y natural.

Esta fusión con el territorio se refuerza con el uso de la geometría en espiral que se genera para recrear la forma de la caracola. La torsión a la que se ve sometida la estructura de acero que sustenta la cubierta de madera revestida de cobre, otorga un sentido mucho más poético al elemento artificial. El plano que sirve a la vez de suelo, pared y techo se retuerce y pasa de ser exterior a ser interior, acentuando esa continuidad visual.

Una vez más, como ya hizo en la mediateca de Sendai, Toyo Ito crea un sistema orgánico donde fusiona forma y estructura, que deja en segundo plano el carácter portante de esta, que en esta ocasión se concibe como una mero cerramiento, un cascarón, un plano que se retuerce para generar el espacio y da carácter e identidad propia al proyecto.

Llegados a este punto y digerido lo expuesto, ¿Cabría cuestionar la teoría del objeto encontrado a favor del uso de un lenguaje propio por parte del arquitecto japonés?

Definitivamente sí.


miércoles, 13 de abril de 2011

Desbanalizar el paisaje. La Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela

A menudo nos referimos al paisaje como aquello que nos rodea y somos capaces de observar desde un determinado punto, el cual reúne unas determinadas cualidades visuales y espaciales. Pasamos toda nuestra vida rodeados de paisaje y lo aprehendemos de tal modo que lo hacemos nuestro; nuestra casa, calle, nuestra ciudad, nuestra playa… En cambio, no somos conscientes que todo lo que nos rodea responde a un mecanismo causa-efecto. El espacio urbano que conocemos es una respuesta antropizada al problema habitacional del territorio, pues surge la necesidad innata de desarrollar las actividades sociales que la evolución ha interiorizado en nosotros. Hasta el espacio natural que rodea nuestras ciudades es resultante de una serie de modificaciones que el hombre ha realizado en este para adaptarlo a sus necesidades, como pueden ser el desarrollo de cultivos, el aprovechamiento industrial, la explotación minera y de acuíferos, etc. Este entorno, todo lo que nos rodea y que conocemos como paisaje está mediatizado por la mano del hombre, es el efecto resultante de las causas inmediatas de nuestra existencia sobre el planeta y que interfieren en este. Y precisamente este territorio es el que nos brinda el paisaje entrópico que conocemos hoy en día.

Hablamos de paisaje entrópico cuando nos referimos al territorio que la mano del hombre modifica de manera irreversible para transformarlo en un espacio con un carácter completamente nuevo. Por pequeña que sea la intervención en este, siempre generará un nueva atmósfera a su alrededor. Todas estas transformaciones vienen a menudo de la mano de los desechos que la sociedad industrial genera y que serán apropiados por el movimiento del Land Art, con Robert Smithson a la cabeza, quien en la década de los setenta en el contexto de la carrera espacial ya avanzada, propone una serie de intervenciones en el paisaje aceptando el carácter entrópico del territorio antropizado.
 
Sin embargo, ¿podemos intervenir en el paisaje, enriqueciéndolo, creando un sistema entrópico?

En los últimos años, el paisaje ha dejado de ser el plano de apoyo de la arquitectura deslocalizada del movimiento moderno, donde este pretendía entenderse como un continuo inalterable a la intervención humana que aterrizaba sobre pilotis como si de una nave espacial se tratara. Actualmente se idean espacios que fusionan arquitectura y paisaje, en un intento de disolución de límites entre lo urbano y su entorno, siempre buscando que lo público y lo privado coexistan y lleguen a introducirse una en la otra con el fin de cohesionar y hacer interactuar la gente que ocupa estos espacios urbanos. Es por tanto, la nueva ciudad.

 Maqueta del proyecto de la Ciudad de la Cultura de Peter Eisenman

Peter Eisenman hace lo propio en la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela, donde aplicará las teorías de intervención en el paisaje de forma que se genere un paisaje entrópico, donde surge lo urbano dentro del espacio natural como causa de unas alteraciones irreversibles que producen las directrices de proyecto marcadas por el arquitecto, en definitiva, se genera un paisaje entrópico resultante de la intervención del hombre. Paralelamente a ser una obra a destacar dentro del campo artístico, este proyecto aspira a ser la fusión definitiva entre urbanismo, arquitectura y paisaje.

Espacialmente, describimos la Ciudad de la Cultura como una topografía artificial levantada en el paisaje, que se divide en seis cuerpos o edificios que albergarán el programa destinados a museos, auditorio, investigación, etc. En concreto, el volumen ondulante que asemeja el perfil del desaparecido Monte Gaias, próximo a Santiago (y digo desaparecido por que se ha desmontado todo un promontorio para crear el plano de apoyo de la, ahora, Ciudad de la Cultura), se perfora a modo de grietas al superponer (según el propio Eisenman) la trama del casco antiguo de Santiago. De este modo, se reafirma el discurso del arquitecto redundando en el geniuslociy el arraigo metafórico a la ciudad medieval que queda opuesta al nuevo proyecto.

Vista exterior del conjunto

El arquitecto fusiona, para dar forma al proyecto, la malla cartesiana propia de sus etapas anteriores con el espacio deconstruido que genera el aspecto exterior del complejo. Se sirve del espacio ortogonal para ordenar el programa que organiza el interior de los edificios, creando un diálogo directo con el envoltorio ondulante sin que ninguna relación formal haya entre ambos. Encontramos espacios formalmente enriquecidos que nos invitan a transitar el lugar, invitando al usuario a la navegación a través de los ambientes que la propia morfología espacial del edificio habilita al efecto. Esa nueva dimensión arqiutectónica que adquiere el proyecto de Eisenman, que relaciona dos sistemas de representación tan dispares para crear uno nuevo, nos permite abstraernos al espacialismo de los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, donde artistas liderados por el italiano Lucio Fontana pretendían crear, a través del arte, nuevos entornos físicos. Podríamos decir que Eisenman ha hecho valer esta abstracción formal del tramado de calles históricas de Santiago para generar un nuevo entorno físico, esta vez con un claro tinte innovador, como si subyaciera la intención de crear una nueva imagen de ciudad del futuro, casi en la línea de lo que articularon a principios de siglo XX artistas como Marinetti, que se engloban dentro del movimiento del futurismo, y que rechazan el arte y la tradición en un deseo constante de destrucción de lo antiguo a fin de abrir camino a todo lo nuevo y vital.

Con esta clara intencionalidad renovadora de paisaje, el arquitecto consigue generar una nueva ciudad que rompe con toda idea preconcebida de ciudad contemporánea. Se trata de una nueva forma urbana, que emerge desde el paisaje sin unos límites claros. Es por lo tanto una ciudad-paisaje que huye desesperada de la banalidad de la urbe, que reinventa su forma para sorprender a quien la observa sin resultar estridente. Se ha teorizado mucho sobre la banalidad del territorio, llegando a calificarse de condición de nuestra sociedad contemporánea y del consumo de masas. ¿Podría este proyecto resultar una autoafirmación formal que planta cara a la sociedad de consumo más anquilosada?


Vista de la Catedral de Santiago con las obras del proyecto de Eisenman al fondo

De hecho queda patente el diálogo entre este proyecto y la ciudad antigua de Santiago. No hay mucho que entender cuando se comparan ambas, vistas alineadas sobre el filo de las colinas circundantes, en que se trata de dos condiciones propias de la temporalidad que marcó su ejecución. Resulta lógico concebir una ciudad medieval como la de Santiago, por levantarse en esa época, pero; ¿Qué imagen tiene que tener una ciudad de hoy en día?

Probablemente, cuando Constant Nieuwenhuys ideó su Nueva Babilonia pensando en una ciudad enriquecida por las relaciones sociales que desarrolla la cultura del juego del homo ludens, no estaría pensando en geometrías Eisenmanescas, pero si la escala es un factor común en este tipo de proyectos, pues la relación social del homo culturalis en este caso, se llevará a cabo en espacios libres donde interfiere lo público y lo privado, lo urbano y lo arquitectónico en aras de generar esa cohesión social e inter-cultural que el homo culturalis (habitante de la ciudad de la cultura) requiere.

Con este pretexto nace la ciudad, una ciudad que viene adjetivada necesariamente por la cultura vernácula del lugar que será la encargada de dotar, junto la genialidad del arquitecto, a la Ciudad de la Cultura de un carácter propio. Una ciudad a medio camino entre la ciudad medieval y la ciudad del siglo XXI. Una ciudad en definitiva, que bebe del paisaje compostelano para arropar con su terreno artificial toda la cultura que una obra de este tipo reúne entre sus paredes.

domingo, 3 de abril de 2011

Oporto

ALIADOSA CONTRALUZALIADOSALMASCONTRASTESTRADICION
CUBIERTASSIN CUBRIRPAISAJE URBANOBOLSACRISTAL PALACETEJADOS
VIEWALAMBRESCONNECTBOAVISTAARRIBA&ABAJOMIX URBANO
BOMBILLASBURGODESDE EL MERCADOBALCONES AL DUEROCLERIGOSDESDE ARRIBA
Oporto, a set on Flickr.
Aquí se muestran las imágenes capturadas durante una escapada a la ciudad portuguesa de Oporto en Enero de 2011.

Paisajes que se entrelazan en una urbe a medio camino entre la vitalidad ibérica y el rigor europeo. Oporto es un bello ejemplo de contrastes, con una preciosa ciudad medieval en la que se alternan edificios del siglo XIII como la catedral, la barroca torre dos Clérigos del siglo XVIII o el decimonónico Palacio da Bolsa con la arquitectura contemporánea más actual de la mano de obras de Rem Koolhas (Casa da Musica), Souto de Moura (Torre Burgo) o Alvaro Siza (Fundación Serralves).

Todo un recorrido por la historia de la arquitectura, ciudad trabajadora como pocas y volcada al río Duero. Ciudad de vino, ciudad pesquera, que invita al paseo por sus orillas hasta encontrarse con el Atlántico, nexo de unión y de cohesión de toda la costa portuguesa.